lunes, 5 de julio de 2010

YO TOCO LA GUIRA

Ayer estaba camino a un concierto y hablando con una persona que acababa de conocer. Un amigo mío le había dicho que yo tocaba la güira. Al preguntarme cómo había incurrido en eso, le empecé a contar:

El primero de enero del 2009 hice mi lista de cinco propósitos para el año. Habían metas pequeñas como la #5: Comprarme un carro; y otras más grandes e importantes como la meta #3: Tocar la güira. El 2 de enero comencé a hacer las diligencias para cumplir ambas, así que lo primero fue pararme en el Mercado Modelo para comprar mi güira. Lo segundo fue pasear por varias casas de carros para ver las opciones del mercado. La vendedora del Mazda2 me trataba de convencer muy entusiasmada: "Este carro trae conexión para iPod" a lo que yo le respondí riendo "¡Yo no tengo iPod!" y luego en un tono más bajo le agregué, "Yo tengo una güira..." Andaba con mi mamá, y cuando nos enseñaron el baúl, el cual era bastante pequeño, entonces me dijo, “Pero en ese baúl no te cabe todo tu equipo de música.” “Jaja, Mamá, ¿de música?” (Una güira y tres Chican) “Ay perdón, digo, de fotografía.” Qué bueno saber que mi madre me apoya en todo tipo de carrera artística que me proponga perseguir. 

Esa misma noche era la boda de un amigo mío con una colombiana. De Colombia llegaron 50 invitados. Por eso, a las 11 pm entró un grupo de música y baile típico y empezaron a repartir sombreros de paja, maraquitas y...güiritas. A mí me tocó una maraca, pero desde que vi una güirita abandonada en una mesa me adueñé de ella y empecé a ensayar. Desde un extremo del salón fijé mi mirada sobre el escenario, analizando atentamente la mano del güirero de la orquesta y tratando de mover mi brazo simultáneamente al ritmo del de él. Pa'rriba, pa'bajo, pa'rriba... No sé si eran las cinco copas de champaña que tenía encima, pero yo creo que lo hice muy bien. No había quién me separara de mi güira. Mis amigos me sacaban a bailar y yo les respondía, "No puedo, no puedo soltar la güira," y seguía tocando. A la hora de atrapar el ramo tampoco la solté. Me paré en el medio del grupo de mujeres con mi güira en la mano izquierda y la mano derecha libre, y con esa sola mano ¡lo atrapé! Nunca he sido fan de ese tipo de cosas, pero con la güira, y ahora el ramo (y las cinco copas de champaña) me preguntaba a mí misma, ¿Me traerá amor el 2009? Después de la tradicional foto con la novia y el ramo me puse a esperar que la novia se sentara en la silla para que le quitaran la liga y la atrapara un galán colombiano, pero el grupo se disipó. "¿Qué pasó?" pregunté. "No hay liga." Pero... ¿y mi futuro esposo quién iba a ser? Me quedé parada en una esquina. Solita con mi güira. Mi güira y yo. Platero y Yo. Esa noche bauticé como "Platero" a mi güirita que todavía no tenía nombre y que hoy, un año y medio más tarde, todavía me acompaña.

2 comentarios:

  1. Pero cual concierto? Acaso lo de las ruinas de San Francisco?

    ResponderEliminar
  2. Estuvo buena esa y la foto lo prueba! Y si, ese carro tiene una excusa de baul...

    ResponderEliminar